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Era uno de esos días en los que todo parecía perfecto. El sol brillaba con fuerza, el mar estaba tranquilo y el viento era suave. Estábamos en Ibiza, la más popular de las Islas Baleares, uno de los destinos más hermosos del Mediterráneo.

El amanecer nos encontró en una bahía privada cerca de Ibiza. Después de un rico desayuno, nos preparamos para la aventura de la jornada: una excursión en velero por las costas de Ibiza.

Nuestro barco era un velero de dos palos, construido con madera de teca y cedro. Estaba equipado con todo lo necesario para una travesía segura: caña de pescar, balsa salvavidas, remos, velas y una nevera con bebidas frías.

Salimos al mar y comenzamos a disfrutar de la belleza de las costas de Ibiza. El mar era un espejo dorado en el que reflejábamos nuestras sonrisas. Estábamos rodeados de aguas turquesas, playas de arena blanca y cielos de un azul intenso.

Las mejores calas de Ibiza nos estaban esperando

Durante la travesía disfrutamos de la tranquilidad del mar y el murmullo de las olas. Dejamos atrás las Platges de Comte para visitar algunas bahías escondidas y pequeñas calas. Nos detuvimos en algunas de ellas para nadar y practicar snorkel. Descubrimos un mundo submarino de colores y de vida.

También pescamos algunos peces y los preparamos con nuestras propias manos. El sabor del pescado fresco acompañado de verduras y patatas cocidas sobre la trampilla del velero fue uno de los momentos más memorables de la travesía. Unas cervezas y algunos refrescos hicieron el resto. La verdad fueron momentos únicos. El recuerdo de la canción de moda de hace unas temporadas nos trasladó a la experiencia vivida en Formentera años atrás.

A medida que el sol se iba poniendo, nuestro destino final se hacía cada vez más cercano. Finalmente, llegamos a una cala idílica. El cielo se teñía de un color rosado, los rayos del sol se reflejaban en el mar y el aire olía a sal y a hierbas aromáticas.

Atardecer en Ibiza

Nos sentamos en la arena para disfrutar del mejor atardecer en Ibiza. Observamos como el cielo se teñía de un color rojo intenso y cómo las sombras de la noche cubrían el mar. Fue un momento lleno de magia e intimidad. Momentos así hacen que todo un viaje valga la pena.

Nuestro viaje terminó allí, mientras disfrutábamos de una travesía sin igual. Un recuerdo que siempre estará presente en nuestra mente.

Es así como Ibiza cautivó nuestros corazones para siempre. Un viaje que ha convertido a la isla en nuestro destino de vacaciones de verano, para el resto de nuestras vidas.

No tengo palabras para describir como cambió mi vida esta isla. Solo puedo decir hasta pronto, porque como cada verano nos volveremos a ver en Ibiza.

Nada que pueda contarte puede igualar la experiencia vivida. Solo puedes descubrir la magia que esconde este destino si lo vives en primera persona.

Solo me queda decirte una última cosa, nos vemos pronto por la isla.